Los métodos tradicionales para la lectura y la escritura:
1.- Analítico: aquellos que parten de la palabra para llegar por descomposición o segmentación, hasta las unidades menores llamados fonemas ( globales analíticos y globales puros).
2.- Sintéticos: los que parten de unidades menores o fonemas, letras, sílabas y palabras, para llegar a la frase ( alfabético, fónico, silábico)
Estos métodos evolucionan por la necesidad de responder a las exigencias internas de la acción educativa (Braslavsky, 1989, p 157); sus desventajas daban origen a la modificación o creación de un método nuevo que pudiera cubrir las necesidades o deficiencias del anterior.
En la presente investigación no se pretende estar en favor o en contra de ellos, sino presentar una postura donde sea el sujeto –aprendíz- el centro, el actor principal. Y como ser humano, ser pensante y racional, es a la luz de su propia reflexión que se tratará de ver ese proceso de lectura y escritura.
b) La metalingüística: como modelo que se fundamenta en la adopción de una actitud reflexiva ante el lenguaje y su empleo, y que es definida como la manipulación de las habilidades cognoscitivas y linguísticas que favorecen el desarrollo y uso del subcódigo escrito (Fraca, 1994).
c) La conciencia fonológica: definida como la habilidad que implica la reflexión sobre los elementos fonológicos de la lengua oral, y que a su vez, está relacionada con la adquisición temprana de la lectura y la escritura (Angela Signorini, 1998). Cabe destacar que Fracca y Pérez (1995), también consideran que los niños no sólo utilizan estos elementos en el desarrollo de su lengua oral, sino en el posterior aprendizaje de la lengua escrita.
d) La conciencia ortográfica: conocimiento reflexivo que permite la manipulación de los elementos de la escritura. Planas (1994), la define como el conocimiento que los niños poseen acerca de la normas que determinan la forma en que las palabras están bien escritas.